La dislexia es un trastorno del aprendizaje que afecta a la precisión, la velocidad y la comprensión lectora. No está relacionada con la inteligencia, pero puede influir significativamente en el rendimiento académico y en la autoestima de quienes la presentan. En este artículo, abordaremos qué es la dislexia, desmontaremos algunos mitos comunes y compartiremos un caso real que ilustra cómo una intervención adecuada puede marcar la diferencia.
¿Qué es la Dislexia?
La dislexia es un trastorno de base neurobiológica que afecta al procesamiento fonológico del lenguaje, dificultando la correspondencia entre los sonidos del habla (fonemas) y las letras que los representan (grafemas). Como consecuencia, las personas con dislexia pueden mostrar errores en la lectura, dificultades para reconocer palabras frecuentes, confusión entre letras similares y una velocidad lectora significativamente reducida.
Aunque cada caso es único, algunos signos comunes incluyen:
Dificultad para leer en voz alta o comprender lo leído.
Errores frecuentes al escribir, como confusión entre letras similares (b/d, p/q).
Lectura lenta y con esfuerzo, incluso con palabras familiares.
Inestabilidad en la ortografía y organización de las ideas escritas.
Una Historia de Superación: El Caso de Marta
Hace un tiempo conocí a Marta, una niña de 9 años con sospecha de dislexia. A pesar de tener un buen nivel cognitivo, mostraba un rechazo creciente hacia la lectura. En nuestra primera sesión me dijo: “Las palabras se me mueven y no entiendo por qué no puedo leer como los demás”.
Tras una evaluación completa, detectamos que tenía dificultades específicas en la discriminación fonológica y en la conversión grafema-fonema, además de una memoria verbal de trabajo reducida. Para abordar estas dificultades, diseñamos una intervención individualizada basada en el uso de metodologías estructuradas y secuenciales.
Comenzamos a trabajar de forma sistemática la correspondencia entre letras y sonidos, reforzando su conciencia fonológica y utilizando recursos visuales y auditivos que facilitaran la automatización lectora. Con el paso del tiempo, Marta fue ganando confianza, mejoró su precisión lectora y, sobre todo, recuperó la motivación. Al finalizar su proceso, me dijo: “Ahora las palabras ya no se mueven, y sé que puedo hacerlo”.
¿Cómo Tratamos la Dislexia en Logopedia Sant Genís?
Enfoque estructurado en la relación grafema-fonema
Trabajamos desde un modelo explícito y sistemático que permite establecer una base sólida en la correspondencia entre los sonidos del lenguaje y su representación escrita. Esta metodología favorece el desarrollo de la ruta fonológica, fundamental para una lectura precisa y fluida, especialmente en etapas iniciales o cuando hay alteraciones en la conciencia fonológica.
Repetición controlada y práctica guiada
Diseñamos tareas que permiten la exposición repetida a palabras y estructuras similares, promoviendo el reconocimiento ortográfico y la automatización del proceso lector. Estas actividades están graduadas en dificultad y se adaptan al ritmo de cada paciente.
Apoyo a la expresión escrita
Ayudamos al paciente a organizar sus ideas mediante el uso de esquemas, guías y estructuras narrativas. Esto facilita la planificación del contenido y mejora la coherencia y cohesión textual, aspectos que suelen verse afectados en casos de dislexia.
Acompañamiento emocional y refuerzo positivo
La dislexia puede impactar en la autoestima y generar rechazo hacia el aprendizaje. Por ello, combinamos el trabajo técnico con un acompañamiento emocional constante. Nuestro objetivo es que cada paciente se sienta comprendido, capaz y motivado, celebrando cada avance por pequeño que sea.
Mitos Comunes sobre la Dislexia
Mito 1: “Las personas con dislexia tienen baja inteligencia”
Falso. La dislexia no está relacionada con la capacidad intelectual. Muchas personas con dislexia tienen un razonamiento lógico, una creatividad o una capacidad de resolución de problemas por encima de la media.
Mito 2: “La dislexia desaparece con el tiempo”
La dislexia no se supera sin intervención. Aunque las personas pueden aprender a compensar algunas dificultades, es necesario un tratamiento específico y adaptado para lograr una mejora real y duradera.
¿Cómo puedes ayudar a alguien con dislexia?
Fomenta hábitos de lectura: Establece rutinas que incluyan lectura en voz alta, lectura compartida y materiales adaptados al nivel del lector.
Utiliza recursos de apoyo: Hay herramientas tecnológicas muy útiles como lectores de texto, apps de entrenamiento fonológico o programas que apoyan la escritura.
Sé paciente y celebra los avances: Cada progreso es importante. La comprensión, el refuerzo positivo y el respeto por el ritmo individual son clave en este proceso.
